El paisaje amazónico sería convertido en una gran sabana con islas de bosque si es que no se hace algo.
Santa Cruz-Bolivia, 6 de dic.- Organizaciones que integran la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) lanzaron el martes el Atlas “Amazonía bajo presión”. En este se advierte que si las amenazas identificadas para proyectos viales (carreteras o multimodales), de petróleo y gas, minería o hidroeléctricas se convierten en presiones en el futuro próximo podría desaparecer hasta la mitad del bosque amazónico actual.
“Si todos los intereses económicos que se superponen en los próximos años se concretizasen, la Amazonía se convertirá en una sabana con islas de bosque”, dice el coordinador general de RAISG, Beto Ricardo, del Instituto Socioambiental (Brasil).
“El Estado peruano, más que proteger su Amazonía, viene promoviendo actividades extractivas, pues de acuerdo a datos oficiales al 2004 la extensión de territorios amazónicos concesionados era solo 15% y para el 2010 se llegó a 75%”, señaló Richard Chase Smith, Director Ejecutivo del IBC, miembro de la RAISG.
Se evidencia un arco de deforestación que se extiende desde Brasil hasta Bolivia, una zona de presión hídrica y explotación petrolera en la Amazonía andina y un anillo minero periférico.
Las presiones y amenazas que pesan sobre la Amazonía llevan a que los paisajes de selva, diversidad socioambiental y agua dulce sean reemplazados por paisajes degradados, sabanizados, zonas más secas y más homogéneas. Entre 2000 y 2010 se suprimieron cerca de 240.000 km2 de bosque amazónico.
¿Energía a cambio de deforestación?
Los ex presidentes Alan García, Perú, y Lula da Silva, Brasil, suscribieron en el 2009 un acuerdo para dotar de energía eléctrica al Brasil mediante la construcción de seis hidroeléctricas que usarán como fuente los ríos de la Amazonía peruana: Inambari, Sumabeni, Paquitzapango, Urubamba, Vizcatan y Chuquipampa. De acuerdo a la RAISG, estos proyectos podrían generar beneficios económicos a ambos países, sin embargo las pérdidas sociales y ambientales serían superiores, pues para la construcción y puesta en marcha de estas hidroeléctricas se depredarán cientos de miles de hectáreas amazónicas. Todo indica que en el gobierno de Ollanta siguen en pie estos grandes proyectos hidroeléctricos.
Fuente: Servindi y La Mula.