En los últimos 20 años, los bosques de las cabeceras altas del Xingu se han talado para la ganadería y el cultivo de soja.
Lima, 07 de mayo.- Richard Muller, un físico en Berkeley y fundador del proyecto Temperatura de la Superficie Terrestre de Berkeley, solía ser escéptico en cuanto al cambio climático. Sus análisis de datos sobre el clima cambiaron su visión; hoy, así como la mayoría de científicos, cree que el cambio climático es real y generado por los humanos. Pero también, como muchos científicos, las evidencias de Muller provienen principalmente de los análisis estadísticos de un gran número de observaciones de temperatura, de varios años, no de la observación directa de la naturaleza.
Ntoni Kisêdjê, líder del pueblo Kisêdjê en la cuenca del río Xingu en Mato Grosso, Brasil, tiene una perspectiva diferente. Ntoni es un curandero y un agricultor forestal altamente calificado, y como la mayoría de sus pares en todo el Amazonas, presta cuidadosa atención a lo que las plantas y animales están haciendo en diferentes épocas del año, y también al clima.
“Antes, cuando el pequeño grupo de estrellas (las Pléyades) salían al atardecer y el Murici (Byrsonima crassifolia) florecía, era el momento de hacer jardines”, dice Ntoni en un seminario de agricultura y cambio climático en Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso. “La gente limpiaría sus jardines, luego llegarían las lluvias. Podemos ver que esto ha cambiado”.
Lo que Ntoni está viendo es dramático. Y no está solo. Hay otros 15 grupos de indígenas que viven en el Parque Nacional Xingu y ellos, al igual que los indígenas en toda la amazonia, temporizan sus ciclos de cultivo anual hasta la aparición de las pléyades al atardecer, una señal fiable del final de la temporada seca y el inicio de las lluvias necesarias para que los cultivos crezcan. Esto es parte de las tradiciones orales de los grupos indígenas transmitidas por cientos de generaciones. El aumento de las Pléyades ha marcado el inicio de las lluvias durante miles de años, y ahora no es más una señal confiable, esto en si probablemente sea una señal de cambio climático.
Ntoni y otras personas en el Xingu, además dicen que la manera en que se comporta el fuego en el bosque ha cambiado. Ellos han utilizado el fuego como una herramienta durante milenios para despejar los bosques y plantar cultivos, agregar nutrientes al suelo, marcar senderos claros, recolectar miel y fomentar el crecimiento de las plantas útiles. Pero, Ntoni dice que el fuego usado para quemar solo bosques que fueron despejados para jardines, en los años de sequía, puede quedarse sin el control de grandes extensiones de bosques que solían ser demasiado húmedas para quemar. Esto también confirma lo que la ciencia occidental sugiere son algunos de los primeros efectos del cambio climático en la amazonia.
El pueblo de Ntoni y otros grupos indígenas en Xingu viven en el bosque que está entre el denso bosque húmedo al norte y una sabana tropical más seca al sur. La clase de modelos climáticos basados en datos que los científicos como el trabajo de Muller, predice que esas tierras en la frontera entre el bosque y los pastizales son muy vulnerables al cambio climático. La sequía y los incendios forestales que podrían convertir los bosques de Kisedje en una sabana.
En los últimos 20 años, los bosques de las cabeceras altas del Xingu se han talado para la ganadería y el cultivo de soja, por lo que hoy en día Kisedje y otros pueblos del parque Xingu viven en una isla de bosques en un mar de deforestación. En los años de sequía, los incendios que los ganadores y agricultores produjeron para quemar el bosque o viejos pastos, dañaron los territorios indígenas. El Instituto Socioambiental, uno de los socios del Fondo de Defensa del Medio Ambiente de Brasil, está ayudando a que los grupos indígenas de Xingu aprendan a controlar y combatir estos incendios, pero saben que la quema de combustibles fósiles y la deforestación mas allá de sus territorios están detrás del cambio climático.
Para Ntoni y su gente, el cambio climático es ahora parte de la trama de su vida diaria. Ellos ven los cambios y saben que hay más en el camino. Su esperanza es que la gente del mundo desarrollado llegará para compartir la urgencia de Kisedje para hacer frente a las causas de esta amenaza global – incluyendo la deforestación.
Como Ntoni dice: “Cosas malas pueden sucederle a las personas que talan muchos bosques, y ellos ni siquiera podrían saberlo”.
Fuente: La Mula.