En defensa de los territorios indígenas del bajo Puinahua y la Reserva Nacional del Pacaya Samiria, organizaciones indígenas de Loreto denunciaron observaciones a la última Modificación del Impacto Ambiental (MEIA) del proyecto de desarrollo del campo Bretaña Norte, del Lote 95, actualmente operado por Petrotal Perú S.R.L.
El lunes 06 de enero, se realizó una conferencia de prensa en la que se cuestionó al MEIA de la extensión de operaciones del Lote 95, señalando una posible afectación a las especies de los ríos de la reserva del Pacaya Samiria. Las organizaciones indígenas señalaron que de no encontrar diálogo con el Estado, realizarán una movilización indefinida.
James Pérez, presidente de la Asociación Indígena de Desarrollo y Conservación de Bajo Puinahua (AIDECOBAP), en conversación con el Vigilante Amazónico, expresó su preocupación ya que ninguna institución del Estado, como el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), la Municipalidad de Requena y la de Puinahua, entre otras, se ha pronunciado frente a esta operación que se desarrolla en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional del Pacaya Samiria.
“En tiempo record revisamos el resumen ejecutivo donde señalan que en cinco años, hasta el 2030, se pretende producir 50.000 barriles de petróleo al día; sin embargo, esto también producirá 600.000 barriles de agua salada por día, la cual regresará al subsuelo, pero no sabemos si este tiene la capacidad para sostener el volumen del agua. Existen experiencias, como con el Lote 192, que cuando no alcanzó la capacidad, salieron esas aguas a la superficie y cayeron a las quebradas y cochas impactando sus ecosistemas”, señaló el dirigente.
Mencionó que la intención que tiene la empresa con el MEIA es la de obviar muchas responsabilidades, ya que como estrategia solo se ha asignado la comunidad de Bretaña como zona de influencia directa, quedando por fuera 21 comunidades, las cuales ahora son de influencia indirecta para evadir responsabilidades como la consulta previa.
En ese sentido, anunciaron que “si el Estado no se sienta con nosotros, iremos a una movilización de manera indefinida”.
En las diversas observaciones realizadas al MEIA, se señala, sobre las actividades de operación, que lo que producirá mayor ruido es la perforación de pozos, que suman 56, de los cuales nueve son de reinyección. Asimismo, mencionan que en dicho documento no se indica si la implementación será progresiva.
Sobre la distribución de pozos, se desconoce la capacidad de la formación geológica donde se depositará el agua reinyectada, también se desconoce la capacidad de dilución del canal de Puinahua, esto es preocupante, ya que no se conoce la concentración de los cloruros de las aguas (aguas saladas) de formación que se reinyectarán en dicha zona.
Asimismo, alertaron que las concentraciones de cloruros (aguas saladas) hasta 200 partes por millón son tolerables en algunas especies acuáticas, como los bagres. Pero que peces migratorios como el paiche o la arahuana son más sensibles y se podrían ver afectados con concentraciones superiores a la detallada en la MEIA.
También mencionan que el canal del Puinahua es la zona de mayor desove de especies, como el boquichico, el sábalo, la gamitana, el paco, y que sus alevinos ingresan a las cochas de la Reserva del Pacaya Samiria –cuyo río es afluente del canal del Puinahua– u otras zonas que están dentro del área de influencia del Lote 95, por lo que podría afectar la producción piscícola.
Según el estudio, señala que no hay ecosistemas frágiles o sensibles; sin embargo, se identifica la ausencia de un análisis que considere las funciones y servicios ecosistémicos de los bosques ribereños.
Finalmente, indicaron que si bien, las observaciones hechas son solo de carácter ambiental, falta incluir lo social, ya que lo que viene generando la empresa Petrotal es la división de los pueblos indígenas.
“En el MEIA, dice la empresa que no hay nativos, pero no han hecho un estudio antropológico. Ese MEIA es discriminatorio, porque la mayoría de las comunidades son de la etnia Kukama. Desde que nací, vi y conocí a las personas antiguas que hablaban kukama, mi apellido, Pacaya, es apellido amazónico, la gran mayoría sí tenemos raíces originarias”, mencionó.
A ello se suma, que tras el asesinato de dos jóvenes kukamas en el 2020 en las instalaciones de Petrotal, los dirigentes y organizaciones indígenas vienen siendo hostigados por las fuerzas policiales, incluso durante la conferencia de prensa denunciaron la presencia de policías encubiertos
Aidecobap está convocando una reunión para el 24 de enero, donde invitará a todos los sectores del Estado, que tengan responsabilidades con el ambiente para conocer su opinión sobre esta expansión del Lote 95. Sin embargo, señalan que desde el 20 de diciembre esperan una respuesta del SENACE, por lo que tras la reunión del 24, en caso de no conseguir una respuesta tomarán una decisión sobre la movilización.
Asimismo, hacen un llamado a organizaciones interesadas en la conservación y preservación de la Amazonía peruana a sumarse en su lucha por la protección de sus territorios y la reserva del Pacaya Samiria. Cualquier comunicación, pueden hacerla llegar a través de su página oficial de Facebook.
Jueves 09 de enero de 2025