Image: SERVINDI
Mientras que el gobierno peruano adoptaba una serie de medidas como el estado de emergencia y el toque de queda a nivel nacional para contener el contagio del virus Covid-19, las comunidades indígenas de la Amazonía se han visto obligadas a tomar sus propias medidas de seguridad.
Los pueblos indígenas están acostumbrados a la escaza presencia del Estado en sus territorios. Por eso empezaron a tomar medidas como el aislamiento y el cierre del acceso a sus territorios. Sin embargo eso no significa que no requieran asistencia, más aun cuando los servicios de salud son totalmente precarios.
El pasado miércoles 18 de marzo, el Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó al primer paciente indígena positivo: un líder de las comunidades de los ríos Corrientes, Marañón, Tigre y Pastaza, que había estado en Holanda, presentando una queja por contaminación contra la empresa Pluspetrol. El dirigente permanece en aislamiento en su casa en la ciudad de Tarapoto.
Mediante dos cartas, fechadas el 3 de abril, la Defensoría del Pueblo Perú hizo un llamado de atención al Ministerio de Salud del Perú y al Gobierno Regional de Loreto, reclamando que se definan e implementen acciones frente a la emergencia en los territorios de los pueblos indígenas pero con su participación.
Mientras tanto, las comunidades se organizan
“No permitimos el ingreso de foráneos a nuestras tierras. Las comunidades están alertadas, pero la información es escasa, por lo que pedimos al Gobierno aplicar una estrategia especial para la Amazonía”, señaló Lizardo Cauper Pezo, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).
El 2 de abril, el consejo directivo de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Loreto, ORPIO, se dirigió al gobierno y también a entidades internacionales como la ONU, para alertar que requerían de ayuda concreta como mascarillas, jabón, y por supuesto, que mínimamente las postas estén bien implementadas. Asimismo, se ha alertado que un grupo de aproximadamente cien miembros de comunidades indígenas han quedado inmovilizados en la ciudad de Iquitos debido a la cuarentena decretada por el gobierno frente al riesgo del virus.
“Demandamos adoptar las medidas que sean necesarias para evitar el ingreso de agentes externos a las áreas de las reservas indígenas en trámite Yavarí Tapiche, Yavarí Mirim, Sierra del Divisor Occidental, Kakataibo y Napo – Tigre”, señalaron en su carta.
Por otro lado, la Asociación Regional de Pueblos Indígenas de la Selva Central (ARPI SC) también ha emitido un comunicado dirigido al gobierno el pasado 1 de abril, titulado «La salud primero, sin salud el país no avanza».
Piden a los gobiernos regionales y locales que consideren a los pueblos indígenas en el proceso de entrega de paquetes de alimentos. Han solicitado el acompañamiento del Viceministerio de Interculturalidad y la coordinación con las organizaciones indígenas. También exhortaron a las autoridades a que se incorpore a las familias de las comunidades nativas en la entrega del bono de 380 soles destinado a las familias más vulnerables.
Asimismo el Pueblo Achuar del Pastaza, representado por la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú (FENAP) de Loreto, ha tomado medidas ante la pandemia. Mediante una notificación pública manifestó que tomaron la decisión de cerrar sus fronteras y prohibir el ingreso de terceros, comerciantes, empresas petroleras como Geopark, Petroperú, Perupetro y sus empresas contratistas por ninguna vía y bajo ningún pretexto. Esta medida fue tomada desde el 14 de marzo ante el peligro de expansión del coronavirus, señaló el Apu Nelton Yankur.
La Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) y sus 38 comunidades representadas han implementado un sistema para verificar constantemente la salud de su población. Esta federación representa, entre otros, a los pueblos indígenas de Matsigenka, Yine, Shipibo, Ese Eja y Amahuaca.
Claramente esta crisis está mostrando las serias debilidades del Estado peruano en materia de salud pública, que es mucho más grave en los territorios rurales. Las comunidades indígenas amazónicas están en una situación de extrema vulnerabilidad frente a enfermedades como la malaria, el dengue y problemas derivados de la contaminación del agua por actividades petroleras. A todo esto se suma la pandemia del Covid-19 que es enfrentada sin hospitales, postas adecuadas, personal médico y servicios básicos.
07 de abril de 2020