Mientras pueblos indígenas luchan por defender al Planeta, MINEM apela decisión que paralizaba proyecto petrolero
Líderes políticos y sociales de todo el mundo, periodistas y medios de comunicación, activistas e incluso empresas han alzado su voz de protesta y gran preocupación. Todos rechazan la decisión del presidente de los Estados Unidos, el multimillonario Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo de París, que establece compromisos comunes para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático.
Trump arguye que el acuerdo es «malo» para los EEUU, porque quiere más explotación de carbón, petróleo y gas para supuestamente impulsar la economía del país y la generación de empleo. No se da cuenta que si la temperatura del Planeta sube más de 2 grados, también la economía de EEUU se verá perjudicada por los efectos del calentamiento global: menos disponibilidad de agua, incremento del nivel del mar, fenómenos climáticos extremos, entre otros. Ya la ONU ha advertido que la decisión de Trump llevaría a un incremento de 0,3 grados en la temperatura global, lo que nos acerca peligrosamente a una situación catastrófica (pues YA estamos más de 1 grado por encima de la temperatura previa a la revolución industrial).
Pero Trump no es el único que está en contra de la Historia. Sin ir más lejos, el Ministerio de Energía y Minas ha decidido apelar una sentencia de amparo que había paralizado la exploración del lote petrolero 116, en la región Amazonas. La demanda había sido interpuesta por los pueblos awajun y wampis, quienes reclaman que nunca se realizó consulta previa y por lo tanto la concesión es nula. En primera instancia, el juzgado le dio la razón a las comunidades indígenas, pero el MINEM ha pedido la nulidad de la sentencia.
¿Cuál es la relación entre ambos hechos?
Muy sencillo: según los informes científicos, al menos las dos terceras partes de las reservas de petróleo actualmente descubiertas NO se pueden explotar si queremos mantener la temperatura en un rango seguro1. La lógica detrás de Trump y detrás del MINEM es la misma: poner ese dato científico puro y duro en segundo plano, apelando a «la economía». Y olvidando que la economía de todos depende de mantener condiciones climáticas y ambientales estables.
¿Qué sentido tiene impulsar la exploración de más lotes de petróleo en la Amazonía, si los que YA han sido explorados no se deben utilizar? En el marco del Acuerdo de París y de la lucha global contra el cambio climático, es un sinsentido. Todos los esfuerzos energéticos deberían estar enfocados en nuevas fuentes de energía limpias, pues la realidad obliga a una transición hacia un modelo de desarrollo sin petróleo.
Mientras las autoridades peruanas y las actuales autoridades norteamericanas siguen mirando al pasado, hay un actor que está mirando al futuro: los pueblos indígenas, en este caso los pueblos awajun y wampis que con su resistencia concreta buscan evitar la emisión a la atmósfera de millones de toneladas de CO2, así como la deforestación, la contaminación y otros impactos asociados a la extracción de petróleo.
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(1) La fuente de esta cifra es la propia Agencia Internacional de Energía. Ver: http://priceofoil.org/2012/11/12/iea-acknowledges-fossil-fuel-reserves-climate-crunch/